Rossini, más que un compositor

(by ella)

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Cuenta la leyenda que el gran compositor Gioachino Rossini,en su paso por París, frecuentaba el Café Anglais. Un buen día solicitó que el jefe de cocina preparase unos filetes de solomillo, en la sala y ante su mesa. El chef se sentía incomodo con dicha petición puesto no quería trabajar de cara al público, a lo que el músico le sugirió que en ese caso se diera la vuelta y lo realizara de espaldas.  «Déme la espalda», (en francés, torunez moi le dos).

De ahí viene que a esta forma de elaborar el solomillo con foie encima se le denomine Tournedó Rossini.

Y ahí no queda la cosa, ¿Cuantos platos conocéis que lleven por apellido Rossini?

Por enumerar algunas: canelones Rossini, filet minion a la Rossini, tallarines Rossini……, esto da que pensar que además de ser un amante de la música, era un amante de la buena mesa.

La semana pasada compré unos buenos solomillos de ternera, y como es un plato que suelo pedir cuando lo encuentro en carta de restaurante, decidí convertirlos en Rossini y en nuestra cena.

La receta es muy fácil

Ingredientes:

  • Centros de solomillo
  • Foie de pato (fresco o micuit)
  • Pan de molde
  • Mantequilla
  • Oporto o jerez
  • Caldo de carne
  • Harina de maíz (maizena)
  • Sal maldon

Cogemos los solomillos y los hacemos a la plancha, según el gusto de cada uno.

Cortamos el pan de molde con la forma que desees, alargada o redonda. En una sartén echamos una cucharadita de mantequilla y tostamos el pan.

Vamos preparando en una cazuela la salsa, reducimos la mantequilla junto al oporto, el caldo de carne. Utilizamos la cantidad de harina que veamos necesaria para espesar la salsa.

Calentamos el foie delicadamente para que no se deshaga.

Este plato es muy vistoso para servirlo emplatado. Colocamos el pan de molde, sobre este el solomillo y encima el foie con la sal maldon.

Utiliza la salsa para decorar el plato.

El truco de la realización y éxito de este plato es hacer todas estas cosas al mismo tiempo, con el fin de que todo este caliente.

Es uno de mis platos salados favoritos. Adoro el foie!!!

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De gañanes y gente así.

(by él )

Nos encanta el vino. Y mucho más el vino blanco que cualquier otro, sobre todo nuestro querido Albariño,  siempre frío y presente en casa. 

Recientemente, estando ella y yo de compras en un centro comercial, al pasar por la sección de caldos decidimos comprar una botella de Sauvignon Chenet, vino blanco francés que habíamos probado en París con un Camembert rebozado que resucitaba a un muerto, y nos había gustado mucho a los dos. 

  
Pero al llegar a casa y sacar la botella de la bolsa…llega la sorpresa. ¡La botella está torcida y abollada en un lado! Y cómo no, aquel imprevisto dio lugar a todo tipo de comentarios…»He cogido la única botella mal hecha de toda la estantería», «Vaya tela con los de Chenet, menudo fallo», «El que hizo la botella ya se había soplado tres», «Esto solo me pasa a mí»…etc. Eso sí, todo adornado con unas buenas risas.

  
Pero quedaba un resquicio de duda. Examinando la botella cual chimpancé con un palo nuevo, veía que era extremadamente cómoda para servir el vino. El dedo gordo de la mano encajaba perfectamente en la hendidura y la inclinación del cuello de la botella era óptima para servirlo. Así que…a preguntar a Google sin perder más tiempo ( más que nada porque preguntar a Siri me daba más corte ). 

  
Y, efectivamente, Google me dio la respuesta: «Eres un gañán». 

La botella está hecha así a conciencia. No es un fallo ni mucho menos. De hecho en alguno sitios la denominan botella asimétrica o anatómica, pensada exclusivamente para eso, para servir el vino más cómodamente. Y después de este «Francia-1, Yo -0» devolvemos la retransmisión a nuestros estudios centrales. Eso sí, el vino está buenísimo. Muy recomendable para los amantes del vino blanco. Y la botella, por supuesto, pasa a ser un elemento decorativo más de nuestra casa. Salut!