«Me estoy emocionando»

(by él)

La afirmación con la que titulamos este post podría haber sido provocada perfectamente por la repentina aparición de esa queridísima persona que llevas años sin ver, o porque un día lees en el periódico que todo el mundo se ha vuelto güeno, que Belén Esteban ha terminado una carrera o que se revela que Kim Jon Un es un hermano separado de Falete al nacer.

Pero no. Fue la sensación de ella al probar un impresionante plato de Almejas con Cardos preparado por los siempre amables y sorprendentes chicos del Victoria. 

la foto 5(3)Y es que en el 23 de la calle Olmos de La Coruña los creadores del conocidísimo Mantelería nos han regalado una casi continuación del mismo. Y decimos bien regalo, porque de verdad lo es, y decimos bien casi, porque una de sus diferencias es el tipo de comida que podréis encontrar. A diferencia de los estupendos y elaborados pintxos donostiarras de Mantelería, aquí los encontraréis más volcados en las tortillas ( probadlas todas, están impresionantes ) y en diferentes aperitivos que nosotros calificaríamos como más de diseño, como las Gildas. La variedad la tenéis asegurada y la satisfacción también. Tampoco hay fallos con el vino, ya sea vuestra preferencia Ribera, Rioja o Albariño, siempre están acertados con variedad para todos los gustos. Además, también podréis disfrutar de una buena taza de café. El contínuo ir y venir de gente lo convierte en un local vivo, animado más si cabe por el trasiego de la calle Olmos, muy visible a través de las grandes cristaleras del local.

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Pero si algo provocó el título de este post no fueron los pinchos, sino la comida. Al fondo de este local y en una de las dos mesas que allí se encuentran podréis disfrutar de los platos de una original y pequeña carta con la que Iñaki os dejará boquiabiertos. Así lo hicimos…Sopa de Rape con Langostinos, Almejas con Cardos y Fideuá. 

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La Sopa de Rape con Langostinos ya era una vieja e idolatrada conocida de Mantelería. No hay fallo, y garantía de ello es que hemos probado esta sopa incluso en verano y a sabiendas de que alguna gota de sudor afloraría en nuestras frentes.. :p  La Fideuá, acompañada con mejillones y langostinos, es un acierto por su sabor y por su presentación. Las Almejas con Cardos son las protagonistas. Su contundente salsa, digna de un rebañado en condiciones, el impresionante sabor, la ternura de los cardos y las exquisitas almejas hacen que, en un día de lluvia tan típico de este Agosto coruñés, como mínimo, te emociones. Aunque sólo sea un poquito. 😉

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«Mardita» Ron

(By él)

No todo va a ser alabar locales de La Coru. Y si bien Marita Ron nos había agradado mucho en un primer momento por su diseño en general, y creo que sobre todo por su patio interior que nos solucionaba nuestras ansiedades de antiguos fumadores, con dos o tres visitas más se fue todo al traste.

                                       

Consumiciones mañaneras. Vamos a ver, lectores y lectoras. (Bamos haber, para los más jóvenes). No se pueden tardar 25 minutos – casi media hora, ojo – en servir un simple café. Por la mañana. Y con el local medio vacío, o medio lleno, como se prefiera. Y no solo eso, sino tener que ver cómo sirven primero a otras mesas con gente que llega después…porque eso incomoda un poquito. Eso sí, aunque aquí quisieron desfacer el entuerto invitándonos a las consumiciones, el palote ya estaba puesto.

El baño. Esta es otra. Estoy muy de acuerdo y soy muy fan del look neoyorquino e industrial en los locales. Los hay  muy bien distribuídos, pensados y currados y que son auténticas maravillas… Pero he de confesar que cuando fui por primera vez al baño del Marita no sabía si nos acababan de bombardear y yo no me había enterado. Fue algo así como sumergirse en La Colmena de Cela, en los peores años de la posguerra.Y otra cosa…no se puede tener una puerta con cristal en un baño donde entran señoras y señoritas. Un poquito de porfavó. Otro palote.

                                  

Tercer palote. Copas por la tarde. Si tienes un local que quieres que sea superfashiondelamuerte no puedes tener de camareros a una especie de Fernando Esteso y a un aprendiz de hipster. Y si de hecho los tienes, por lo menos que sean rápidos y que solucionen. Si unos clientes, después de que les sirvan las copas, que son pasta, preguntan «¿Nos podéis traer unas gominolas o algo para picar?», no se puede responder «Un momento, es que tenemos mucho lío en la barra». Esto, de nuevo con el local medio lleno. Nos consolamos viendo como una chica que se sentó a nuestro lado llevaba 15 minutos esperando a que la atendieran.

Como decía aquel…por aquí no me huelen más. Hasta que cambien, claro.